Una pregunta mágica que te ayudará a evitar errores, conflictos y manipulaciones en tus conversaciones en la empresa.

Nuestro cerebro está lleno de trampas y sesgos inconscientes, y es que como afirman muchos investigadores como por ejemplo la psicóloga por la universidad de Harvard, Maria Konnikova “el cerebro humano está “cableado” para hacer juicios con rapidez” y “está equipado con atajos que simplifican la tarea de evaluar la infinidad de estímulos que recibimos a cada instante”.

Recuerda por ejemplo qué sucede cuando vemos por primera vez a una persona. Es normal que desde el primer instante ya nos formemos unas primeras impresiones, de forma casi automática.

O lo mismo puede suceder si lees los dos titulares que tienes a continuación y que corresponden a la misma noticia, publicada por diferentes periódicos a la misma hora:

 

 

Si el tema que se trata en esta noticia es un tema que para ti resulta sensible, es muy probable que si hubieses leído un periódico u otro se hubiesen generado en tu interior, de forma automática, diálogos internos diferentes y emociones diferentes.

Cuando realmente, el suceso es exactamente el mismo.

 

Estos juicios rápidos también aparecen en muchas otras situaciones, como por ejemplo cuando intentamos entender por qué está pasando algo, o cuando buscamos soluciones a algo. Recuerda por ejemplo las muchas veces que al poco de empezar a hablar de algo, alguien ya dice de forma rápida… “Aquí lo que está pasando es que…” o “Aquí lo que habría que hacer es…”

Estos sesgos inconscientes del cerebro provocan que en demasiadas ocasiones, tanto en nuestros razonamientos como en los de la otra parte se acaben cometiendo errores, y también que las personas podamos ser muy manipulables.

Y es que nos lanzamos a hacer juicios y a tomar decisiones cuando a veces faltan datos, otras no están suficientemente validados, o el razonamiento contiene errores, las relaciones causa-efecto no son sólidas, o no se tienen en cuenta posibles efectos colaterales.

Y a todo esto hemos de añadirle que en ciertas ocasiones el riesgo proviene de intereses ocultos de alguna de las partes, que se traducen en razonamientos que parecen “lógicos”, pero que realmente están orientados a manipular.

El cómo evitar este tipo de errores y sesgos inconscientes es un mundo inmenso y de alta complejidad. Sin embargo…

 

Hay una pregunta mágica que te ayudará a dar un primer paso importante para  evitar errores, conflictos y manipulaciones en tus conversaciones en la empresa.

La idea es que cuando estés inmerso/a en una conversación y la otra parte afirme algo, no te dejes llevar por la inercia de estos juicios rápidos y te preguntes (y pregunta también a la otra parte para profundizar):

¿Qué ha pasado exactamente?

 

O en función de la situación la pregunta que más se ajusta sería:

¿Qué se afirma exactamente?

 

Esta simple pregunta te ayudará a frenar los impulsos de tu subconsciente y de tus automatismos mentales, y también los de la otra parte.

Verás que algo tan simple como esto te servirá para superar errores, trampas mentales y posibles razonamientos manipuladores, y te ayudará a evitar muchos malentendidos y conflictos en tus conversaciones en la empresa.

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