En este artículo tienes las 7 autopreguntas para una comunicación interpersonal en la empresa que sea fluida y efectiva, y con las que aumentarás tu poder para influir positivamente en las personas de tu equipo y tu entorno.
Nota previa:
Si en tu día a día en la empresa necesitas abordar CONVERSACIONES DIFÍCILES, es decir, conversaciones sobre temas que te afectan y que implican cierta carga emocional, el siguiente vídeo de 5′ 22» puede mejorar tu vida de forma significativa… 🙂
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A continuación tienes las 7 preguntas mágicas que con las que lograrás una comunicación interpersonal en la empresa más efectiva, y te las explico en detalle:
Primera pregunta para la efectividad de la comunicación interpersonal en la empresa: ¿Qué cosa concreta quiero que suceda como resultado de esta interacción?
Esto es algo que puede parecer evidente, pero basta con que a partir de ahora antes de hablar con alguien te preguntes qué cosa concreta quieres conseguir…, para darte cuenta de dos cosas:
1) En muchos casos iniciarás conversaciones importantes sin haber concretado qué quieres conseguir… Y si esto sucede es mucho más probable que tu comunicación pierda foco y fuerza.
2) A veces lo que vas a decir y/o el cómo vas a decirlo no son el mejor enfoque para conseguir tu objetivo, y el simple hecho de pensar en tu objetivo te ayudará a darte cuenta de ello y a reenfocar tu forma de decir las cosas.
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Segunda pregunta para la efectividad de la comunicación interpersonal en la empresa: ¿Cómo puedo reformular mi objetivo para que englobe los intereses de la otra parte? (En caso de que no lo estuvieran).
Si cuanto te planteas el objetivo de la conversación sólo tienes en cuenta tu objetivo, corres el riesgo de que la conversación se acabe convirtiendo en algo así como…
«Mi objetivo es demostrarte que mi punto de vista es el correcto y, por tanto, tú debes hacer lo que yo te digo… «.
Esto, en la organización del siglo XXI en la que se necesita confianza y compromiso no funciona. Puede que logres que la otra parte te diga que sí, pero con el tiempo verás que este sí era un «sí» con el que la otra persona no se sentía comprometida.
Así pues es bueno que de inicio te plantees conseguir un objetivo que tenga en cuenta los intereses de la otra parte (no se trata de rebajar tu objetivo, si no de encontrar cómo ampliarlo con los intereses de la otra parte):
Por ejemplo:
«Mi objetivo es conseguir «X» Y, TAMBIÉN, asegurarme que de verdad tú también estás de acuerdo con este «X».
O por ejemplo,
«Mi objetivo es que cambies tu comportamiento «X» Y, TAMBIÉN, entender a fondo por qué hasta ahora te estás comportando de esta manera que no me gusta».
Esto te llevará a preguntar más para entender mejor la perspectiva de la otra parte y, si hiciera falta, a construir nuevas opciones con las que ambos estéis de verdad de acuerdo.
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Tercera pregunta para la efectividad de la comunicación interpersonal en la empresa: ¿Mi actitud y mi modo de decir las cosas son los más adecuados para favorecer que la otra parte esté receptiva y que me escuche?
Dicho con otras palabras… Recuerda que la manera de decir las cosas tiene tanta o más importancia que lo que se dice.
Se trata de que tu forma de decir las cosas favorezca que tu interlocutor esté en un estado emocionalmente abierto para recibir tu mensaje y que no generes una respuesta agresiva ni defensiva.
Recuerda que como afirma el psicólogo Daniel Goleman, conocido mundialmente a partir de la publicación de su libro “Inteligencia Emocional”:
“En cada relación subyace un intercambio subterráneo de estados de ánimo… Este intercambio emocional suele ocurrir a un nivel tan sutil e imperceptible que la forma en que un vendedor le dé las gracias puede hacerle sentir ignorado, resentido o auténticamente valorado».
Cuarta pregunta para la efectividad de la comunicación interpersonal en la empresa: Cuando hablo, ¿lo hago aportando los datos y razonamientos sobre los que he construido mi opinión?
En muchos casos se dicen cosas que, más allá de su certeza o no, se expresan en forma de opinión:
“Es evidente que somos más competitivos que hace un año…”.
“La oferta que hemos enviado al cliente estaba poco trabajada”.
Estas frases son opiniones, no hechos.
Los hechos son las evidencias por las que pienso que hoy somos más competitivos que hace un año, o qué detalles de la oferta que hemos enviado al cliente me hacen pensar que estaba poco trabajada.
Lo que de verdad aporta valor en la conversación son los datos y razonamientos. Si no hay datos y razonamientos es muy difícil que en esta conversación se genere valor.
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Quinta pregunta para la efectividad de la comunicación interpersonal en la empresa: ¿Qué más puedo preguntar para entender mejor a la otra parte y/o para descubrir información nueva y relevante para el tema que nos ocupa?
Esta pregunta te ayudará especialmente por 3 motivos:
1) Porque necesitas conocer los datos y razonamientos sobre los que la otra parte construye su opinión. Y si no los ha explicitado, debes asegurarte de preguntarlos.
2) Porque nuestra cabeza tiende de forma demasiado rápida a emitir juicios, o a pensar en soluciones… Y estas respuestas rápidas que nos ofrece la cabeza, en demasiados casos las ha elaborado con información parcial.
3) Porque la otra persona no te prestará atención mientras sienta que tiene cosas que decirte. O no se comprometerá con lo que le pides a menos que sienta que la has comprendido de verdad.
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Sexta pregunta para la efectividad de la comunicación interpersonal en la empresa: Si a pesar de todo, la predisposición de la otra parte no es la adecuada, ¿qué tácticas puedo poner en práctica para generar más predisposición?
Aunque hayas puesto mucho cuidado en tu forma de comunicar para que lo otra persona esté el máximo de receptiva, puede darse el caso de que no estés obteniendo de la otra parte la respuesta colaborativa que te gustaría obtener.
Si esto sucede, (y en temas difíciles y emocionales suele suceder muy a menudo), no tiene sentido que sigas insistiendo.
En ese caso la pregunta es… ¿qué puedo hacer para generar más predisposición en la otra parte?
No forma parte de este artículo entrar en el cómo hacerlo, pero por el momento lo importante es que recuerdes que si la otra parte no se muestra colaborativa, esto no significa que no tengas nada que hacer.
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Séptima pregunta para la efectividad de la comunicación interpersonal en la empresa: ¿Qué aprendizajes puedo extraer para mi próxima conversación?
El objetivo es aprender a hacerlo cada vez mejor, y es un camino de mejora continua.
Y una forma muy productiva de avanzar por este camino es hacerte dos preguntas después de cada conversación difícil que hayas tenido:
¿Qué ha ido bien y debería acordarme de mantener en la próxima conversación?. ¿Qué cosa debería mejorar?
Verás que en 30 segundos lo tienes hecho y habrás extraído unas lecciones valiosísimas para la próxima vez.
En resumen, son 7 preguntas que te ayudarán a tener una comunicación asertiva en el trabajo, y con las que ganarás poder para influir positivamente en los demás:
- ¿ Qué cosa concreta quiero que suceda como resultado de esta interacción?
- ¿Cómo puedo reformular mi objetivo para que englobe los intereses de la otra parte?
- ¿Mi actitud y mi modo de decir las cosas son los más adecuados para favorecer que la otra parte esté receptiva y que me escuche
- Cuando hablo, ¿lo hago aportando los datos y razonamientos sobre los que he construido mi opinión?
- ¿Qué más puedo preguntar para entender mejor a la otra parte y/o para descubrir información nueva y relevante para el tema que nos ocupa?
- Si a pesar de todo, la predisposición de la otra parte no es la adecuada, ¿qué tácticas puedo poner en práctica para generar más predisposición?
- ¿Qué aprendizajes puedo extraer para mi próxima conversación?